En un lejano poblado había una vez una niña que se llamaba Caperucita Roja.
Un día su mamá le dijo que fuese a casa de su abuelita porque estaba enferma
Caperucita debía llevarle una cesta con chocolate, azúcar, pan y dulces para que asi se recuperase mas rápido.
Antes de partir, su mamá le dijo que tuviera mucho cuidado al entrar en el bosque y no se entretuviese ya que se encontraba el temible lobo feroz.
Caperucia Roja se fue hacia casa de su abuelita y después de estar caminando, Caperucita se encontró con el lobo, el cual le preguntó a caperucita dónde iba.
Caperucita le dijo que iba a llevar la cesta a casa de su abuela.
En ese momento, el lobo le retó a hacer una carrera por dos caminos distintos. El cogería el camino más largo y le dejaría a ella el más corto para darle ventaja.
Caperucita aceptó y comenzó la carrera. Antes de que Caperucita llegase a la casa de la abuelita, el lobo ya había llegado y se había vestido como la abuelita de Caperucita.
Al entrar caperucita vio a su abuela acostada en la cama. Fue entonces cuando se acercó a abrazarla y le dijo:
- Abuelita, que ojos más grandes tienes.
- Son para verte mejor. (dijo la abuela)
- Abuelita, que orejas tan grandes tienes.
- Son para oírte mejor. (dijo la abuela)
- Abuelita, abuelita, que nariz tan grande tienes.
- Es para olerte mejor. (dijo la abuela)
- Abuelita, que boca tan grande tienes…
Y en ese mismo instante, el lobo se abalanzó sobre ella diciendo “¡Es para comerte mejor!”.
Caperucita Roja se asustó mucho, tiró la canasta al piso y se echó a correr.
Durante su huida gritaba (ayuda....ayuda....me come el lobo...ayuda)...gritaba esperando que alguien pudiera escuchar y la viniera a salvar.
Siguió corriendo lo más rápido que pudo y cuando ya estaba a punto de parar para buscar un lugar donde ocultarse....vió a un cazador, que presuroso se dispuso a ayudarle.
El cazador le dijo: vete lobo, vete ya, no vengas a molestar o mal la vas a pasar....
El Lobo muy asustado decidió huir y no seguir persiguiendo a Caperucita Roja.
El cazador acompañó a la Caperuza a su casa, quien estaba muy confundida, pues en teoría a la que debía ver era a su abuelita y no estaba en casa....pero cual fue su sorpresa que al regresar la encontró ahí, como si nada.
Caperucita Roja se puso muy contenta y le dijo: Abuela, abuela, dónde estabas??
Su Abuelita le dijo: no temas mi amor, que ya estoy aqui, me siento mucho mejor y decidí hacer algo especial para ti.
De pronto, la Abuela sonrío y al instante apareció un rico pastel de manzana que tanto el cazador, Caperucita Roja y Abuelita compartieron.
El susto del Lobo ya había pasado y Caperucita aprendió que jamás, jamás en extraños debe de confiar porque los lobos no son de fiar.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado....
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