sábado, 17 de marzo de 2018

La Caperucita Roja



En un lejano poblado había una vez una niña que se llamaba Caperucita Roja. 

Un día su mamá le dijo que fuese a casa de su abuelita porque estaba enferma 

Caperucita debía llevarle  una cesta con chocolate, azúcar, pan y dulces para que asi se recuperase mas rápido.

Antes de partir, su mamá le dijo que tuviera mucho cuidado al entrar en el bosque y no se entretuviese ya que se encontraba el temible lobo feroz. 

Caperucia Roja se fue hacia casa de su abuelita y después de estar caminando, Caperucita se encontró con el lobo, el cual le preguntó a caperucita dónde iba.

Caperucita le dijo que iba a llevar la cesta a casa de su abuela

En ese momento, el lobo le retó a hacer una carrera por dos caminos distintos. El cogería el camino más largo y le dejaría a ella el más corto para darle ventaja.

Caperucita aceptó y comenzó la carrera. Antes de que Caperucita llegase a la casa de la abuelita, el lobo ya había llegado y se había vestido como la abuelita de Caperucita.

Al entrar caperucita vio a su abuela acostada en la cama. Fue entonces cuando se acercó a abrazarla y le dijo:

  • Abuelita, que ojos más grandes tienes.
  • Son para verte mejor. (dijo la abuela)
  • Abuelita, que orejas tan grandes tienes.
  • Son para oírte mejor. (dijo la abuela) 
  • Abuelita, abuelita, que nariz tan grande tienes.
  • Es para olerte mejor. (dijo la abuela) 
  • Abuelita, que boca tan grande tienes…

Y en ese mismo instante, el lobo se abalanzó sobre ella diciendo “¡Es para comerte mejor!”

Caperucita Roja se asustó mucho, tiró la canasta al piso y se echó a correr. 

Durante su huida gritaba (ayuda....ayuda....me come el lobo...ayuda)...gritaba esperando que alguien pudiera escuchar y la viniera a salvar. 

Siguió corriendo lo más rápido que pudo y cuando ya estaba a punto de parar para buscar un lugar donde ocultarse....vió a un cazador, que presuroso se dispuso a ayudarle. 

El cazador le dijo: vete lobo, vete ya, no vengas a molestar o mal la vas a pasar....

El Lobo muy asustado decidió huir y no seguir persiguiendo a Caperucita Roja. 

El cazador acompañó a la Caperuza a su casa, quien estaba muy confundida, pues en teoría a la que debía ver era a su abuelita y no estaba en casa....pero cual fue su sorpresa que al regresar la encontró ahí, como si nada. 

Caperucita Roja se puso muy contenta y le dijo: Abuela, abuela, dónde estabas??

Su Abuelita le dijo: no temas mi amor, que ya estoy aqui, me siento mucho mejor y decidí hacer algo especial para ti. 

De pronto, la Abuela sonrío y al instante apareció un rico pastel de manzana que tanto el cazador, Caperucita Roja y Abuelita compartieron. 

El susto del Lobo ya había pasado y Caperucita aprendió que jamás, jamás en extraños debe de confiar porque los lobos no son de fiar. 

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado....


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