miércoles, 26 de abril de 2017

La nariz de Berta

En el bosque vive
Berta, la cojena,
que come zanahorias
y tiene largas orejas.

Berta la conejita posee,
entre otras cosas,
una colita blanca
y un hocico rosa.

Es muy inquieto
el hocico de Berta.
Siempre está moviéndose,
siempre está alerta.

Los demás animales
se suelen burlar
porque Berta ni puede
su nariz parar.

Un día soleado,
un día que era fiesta,
los amigos deciden
irse a la foresta.

Jugando y saltando,
andando sin premura,
los animalitos se van
adentrando en la espesura.

Uno de los amigos
de pronto se da cuenta:
¡Se han perdido, no encuentran
el camino de vuelta!

La coneja Berta
pone su nariz en movimiento.
Olisquea y olfatea
el suelo y el viento.

Gracias a la coneja Berta
regresan todos a casa.
Y con su roja naricita,
¡ya nunca hay mas guasa!


COLORIN COLORADO....ESTE CUENTO RIMA SE HA TERMINADO....
MORALEJA, MORALEJA, NUNCA TE BURLES DE LOS DEMÁS...DIFERENTES SOMOS TODOS, PERO CADA UNO TIENE SU TOQUE ESPECIAL, ALGUN BUEN AMIGO TE PUEDE SACAR DE UN APURO, ASÍ QUE CELEBRA LAS DIFERENCIAS QUE NOS UNEN MUCHO. 

Los huevos de Pascua


Ascua es un conejo
amable y muy bonito,
esponjosito, con grandes orejas
y un inquieto hocico.

Mientras todos de madrugada
duermen a pata suelta,
Ascua recorreo la granja
y da muchas vueltas.

Es muy importante
la labor del conejo Ascua
pues es él quien recoge
los huevos de Pascua.

Algunas gallinas,
las más de fiar,
le dejan los huevos
en el pajar.

Pero la ponedora Cleotilde,
que es muy despistada,
olvida sus huevos
bajo la cebada.

Ascua busca luego en el corral.
Y es que las Patitas también colaboran
y le entregan los huevos
que ellas mismas decoran.

Por suerte para el conejito
en la granja no hay avestruces.
Al levantar sus enormes huevos...
¡se caería de bruces!

Cuando todos los huevos
nuestro amigo ha recogido,
los pinta y los reparte
por todas partes,
entre todos los niños.

El conejito repasa la lista
de todos sus amigos,
pues durante 50 días
debe anunciar
grandes dichas
a sus amigos.

¿No ha olvidado a nadie?
¡A nadie.... ni a él mismo!
pues tiene un rico huevo
que compartir contigo.

COLORÍN COLORADO...ESTE CUENTO RIMA SE HA TERMINADO....
MORALEJA, MORALEJA....PORTATE MUY BIEN.... PORQUE ASCUA SOLO TIENE EN SU LISTA A LOS NIÑOS BIEN...PUEDE QUE EN UN DÍA TE COMPARTA UN HUEVO DE PASCUA O TE DE UNA SORPRESA INESPERADA CON AYUDA DE TUS PAPÁS....

Las Frutas














A mi me gustan las fresas
y no me gustan los limones.
Me encantan las sandías,
pero no los melones.

Las bananas son deliciosas
y también las manzanas.

Pero toda, toda la fruta
es una comida muy sana.

Don Arlequín













Mamá, Papá, me voy a casar
con Don Arlequin,
con Don Ar,
con Don Le,
con Don Quín.
Don Ar, Don Le
Don Quin,
con Don Arlequín.


Los meses del año











En enero y febrero, yo te espero.
En marzo y abril, aguas al mil.
En mayo y junio, el río está turbio.
En julio y agosto, se bebe mosto.
En septiembre y octubre, quitan la mugre.
En noviembre y diciembre, salta la liebre.
Esos son los meses del año...
para que sepas que hago,
cuando te extraño.....


miércoles, 19 de abril de 2017

El sombrero



La vaca Sinforosa cuidada mucho su aspecto. 
Tenia las pezuñas más relucientes y la piel mejor cepillada del establo. 
Ya había ganado tres medallas en la feria de ganado local y -obvio- quería ganar muchas más. 

Una tarde de viento, mientras pastaba, la vaca Sinforosa encontró un sobrero de paja prendido en un rama. Tenia un par de agujeros, pero no importaba porque una vaca elegante tenia que poder sacar las orejas (obvio por los agujeros lo podría hacer y quedaría perfecto....eso pensaba la vaca Sinforosa) 

Comenzó a pasearse por el prado con el hocico muy alto y el sombrero muy saleroso en la cabeza. Sinforosa no podría esperar a ver la cara que pondrían sus amigas al enseñárselo.

Pero Alma, Anabela y Carmelia siguieron pastando (sólo la miraron medio extrañadas y la ignoraron, el pasto estaba más rico y no podían esperar a seguir comiendo). 

Sinforosa se molestó un poco y penso: pero qué sucede, quéno observan que traigo este elegante sombrero y que me veo única y hermosa, voy a ensañar un tosecita para ver si no me siguen ignorando, quiero que me vean. 

Sinforosa comenzó a ensayar esa tosecita de dama fina: hum....hummm...cof, cof....hmmmmm

Para su sorpresa, las vacas no dejaron de pastar ni por un segundo. Entonces Sinforosa carraspeó más fuerte y un poco más molesta: ash...cof, cofffff, cofffffffffffff. 

Las vacas siguieron pastando y haciendo aún más ruido: hummm, hummm, ña-ma, ña-ma, ña-ma.....hummmmm, está delicioso y muy fresco.

La pobre Sinforosa no podía aguantar más y les dijo: ¿No han notado algo diferente en mi? (mugió muy coqueta). 

Me pareció escuchar algo, dijo la vaca Carmelia

He sido yo, dijo Sinforosa, pateando ya con mucha rabia y enojo, chocaba sus pezuñas en la tierra cual toro enfurecido, toda chapeada de su cara y con el ceño ya fruncido. 

Ah bueno, dijo Anabela y volvió a mordisquear un poco más del pasto, delicioso y fresco del campo. 

Me voy a echar un rato, me siento algo fatigada por el sol, dijo Anabela. 

Pues yo me voy a dar un paseo por ahí, dijo Carmelia. 

Sinforosa gritó ya muy impaciente y molesta: Qué miren mi sombrero, vacas amigas, desganadasssss!!!!

Por supuesto que las demás vacas ya lo habían notado, pero les gustaba hacer rabiar a Sinforosa, pues era siempre muy presumida con su aspecto. 

Es que yo siempre he pensado que los sombreros ya están muy pero muyyyyy pasados de moda Sinforosa, pero esa es mi opinión, dijo Anabela. 

De eso, nada. No pueden faltar en el vestuario de una vaca elegante, dijo Sinforosa. 

¿Entonces es nuevo?, dijo Anabela, con un tono un tanto incrédulo y sarcástico. 

¡Por supuesto!, gritó Sinforosa, es al último grito de la moda. 

¿No tenia uno parecido la mujer del granjero, hace ya varios años?, pregunto Carmelia, pero sin ganas de molestar a Sinforosa.

No creo, respondió Sinforosa. 

El ama, es muy amable y cariñosa y obvio encantadora, pero no se puede decir que tenga mucha clase. Sólo una vaca premiada como yo puede llevar un sombrero tan exclusivo, dijo Sinforosa. 

Si tú lo dices, dijo Anabela, ya muy cansada del tema. 

Por la noche, las vacas se acercaron al establo para que el amo las ordeñara. El resto de los animales de la granja también se reunieron a su alrededor. 

Están admirando mi sombrero, obvio, dijo Sinforosa a Carmelia. 

Pero las risas y cuchicheos no sonaban precisamente a cuchicheos de admiración. 

Así que ahí estaba el sombrero del espantapájaros!!!, dijo el amo granjero. 

Desde entonces, cada vez que Sinforosa se pone pesada, Anabela, Carmelia y Alma (la que sólo observaba) saben perfectamente qué hacer: se ponen a hablar de sombreros y Sinforosa desaparece al instante y cuando no lo hace le baja a lo presumida que es,aceptando que otras vacas también pueden ser hermosas a su manera, que no hay vacas feas y cada quien tiene su propia belleza (interior y exterior) y que nunca hay que envidiar ni hacer envidiar nada a nadie. 






COLORIN COLORADO....ESTE CUENTO SE HA ACABADO.....
MORALEJA: RECUERDA QUE TODOS TENEMOS UNA BELLEZA PARTICULAR (TANTO INTERIOR COMO EXTERIOR), NUNCA TE BURLES DE NADIE, NUNCA HAGAS MENOS A NADIE, OBSERVA COMO ALMA Y VE SI SUS ACTOS SON BUENOS O MALOS. SI SON BUENOS, ELOGIALOS Y ACEPTA A ESAS PERSONAS.... SI SON MALOS, TRATA DE HACERLO NOTAR Y ALÉJATE DE ELLOS SI NO CAMBIAN. 
LA BELLEZA INTERIOR SE MIDE POR LOS ACTOS Y VALORES Y SIEMPRE SE REFLEJA EN LA BELLEZA EXTERIOR QUE NADIE MÁS PUEDE TENER (SOMOS ÚNICOS). 

Hay que lavarse...








Hay que lavarse los dientes,
con agua y con detergente.

Hay que lavarse las manos,
con sal y agua de nardos.

Yo me lago el pelo,
con zumo de pomelo.

Todo el cuerpo hay que lavarse
¡y luego hay que secarse!
después perfumarse,
después vestirse.

Darle un beso a mamá,
darle un beso a papá,
dar los buenos días...
para seguir jugando todo el día.

A bailar








El brazo izquierdo abajo,
el brazo izquierdo arriba,
me doy la media vuelta,
me toco mi barriga....

Un salto hacia adelante,
un santo hacia atrás,
y otra media vuelta,
giro y giro....
y zas!!!!

Uno, dos y tres.....
uno, dos, tres y cuatro....
cuatro...cuatro....cuatro...
cuatro cata de gato.

Cuatro, tres, dos, uno...
cuatro, tres, dos y uno.....
uno, uno, uno.....
¡ahora es tu turno!


miércoles, 12 de abril de 2017

Arroz con leche











Arroz con leche, me quiero casar,
con una señorita de este lugar.
Que sepa coser, que sepa bordar,
que sepa hacer las medias para un general.

Abierto el librillo me pongo a pensar:
¿Cuál es la niñita con quien me he de casar?
¡Con ésta sí, con esa no.
con esta niñita me caso yo!

Arroz con leche, me quiero casar,
con una señorita de este lugar.
Que sepa reir, que sepa cantar,
que sepa abrir la puerta para ir a jugar.

Abierto el librillo me pongo a pensar:
¿Cual es la niñita con quien me he de casar?
¡Con ésta sí, con esa no,
con esta niñita me caso yo!

Arroz con leche. me quiero casar,
con una señorita de este lugar.
Que sepa nadar, que sepa saltar,
que tenga un auto grande para ir a pasear.

Abierto el librillo me pongo a pensar:
¿Cual es la niñita con quien me he de casar?
¡Con ésta sí, con esa no,
con esta niñita me caso yo!

Arroz con leche, me quiero casar,
con una señorita de este lugar.
Que sepa reir, que sepa trabajar,
que no pare de reir, con quien pueda soñar,
que sea ella siempre y no busque más,
que me haga feliz, que la haga soñar,
¡Con ésta sí, con esa niñita me he de casar!

Osito con Apetito

-Tengo hambreeee, Mamá!!!!!- exclamó el Osito. 

Pero si acabas de comer...Le dijo Mamá Osa. 

Vas a tener que esperar un buen rato a que sea la merienda, pero eso sí....has tu tarea, dijo Mamá Osa. 

-Pero yo, tengo hambre ahora, ya ya.... Tengo hambre ya, estoy que muero Ma- dijo Osito muy molesto. 

-Pues, si sigues comiendo así sin control.... vas a engordar hasta reventar!!! (plaf...puffffff....así vas a sonar, cual globo vas a reventar, eh??- dijo Mamá Osa. 

-Mmmmm...sólo una galleta más, quizá un helado....un trozo de pastel de chocolate???, ahhh...Ma, anda- dijo el Osito. 

Pero Mamá Osa, lo ignoró (no quería que osito se malpasara y mucho menos que reventara, no no noooo). Por lo tanto, Osito se fue a jugar antes de hacer su tarea, pero como salió al patio, observó que estaba cerca la ventana de la cocina y se fue a asomar para ver si estaba abierta y sacar algo de galleta. 

Oh sopresa!!!..estaba ahi la Abuela Benita (la Osa Mayor de la familia) que con una gran sonrisa vio como se asomaba su carita y le dijo: Osito, lo siento mucho corazón, pero no tienes pinta de necesitar mucho la comida y mucho menos galletas. 

-Pero yo tengo hambre Mamá Benita- gimió el Osito y comenzó a llorar, pero nadie la hacía caso. Así que se fue a jugar un rato más a la caja de arena y construyó un castillo muy grande y bonito. Así pasó el tiempo y también el Osito se hacía menso para no ir a hacer su tarea (pero era Viernes, así que no importaba porque podría hacerla al día siguiente...Sábado). 

De pronto, escuchó a Mamá diciendo: Osito, Mamá Benita, Papá Oso.... a cenar!!!!

Osito, dejó de sentirse mal y corrió, se lavó las manos y se sentó a la mesa y extendió sus manos para tomar unas galletas. 

Mamá Benita, se sonrió...le guiñó un ojo  y le dijo: No comas mucho mi Osito, guarda para al rato, que  de seguro te va dar hambre más noche

Osito, se sorprendió y le hizo caso a Mamá Benita, terminaron de cenar, cepilló sus dientes, lavó sus manos, se puso la Pijama y a descansar. De pronto...en la noche la puerta de su cuarto se abrió y vio la silueta de Mamá Benita que le dijo: Osito, cariño.... no seas muy tragón, te prometo siempre tener galletas para tí y una recompensa si haces caso a tus Papás.....será nuestro secreto. 

Osito, no entendía, pero estaba súper introgado: Qué es Mamá Benita???

Mamá Benita sacó una cajita de madera (como un baúl) lleno de dulces y galletas y le dijo: Como eres un buen Osito y eres mi nieto favorito, vamos a tener este cofre del tesoro, lleno de dulces y galletas y chocolates para qué sólo tú y Yo los comamos pero después de comer, zas???

Osito se puso muy contento y dijo: Claro que si Mamá Benita, sólo tú y Yo tendremos nuestro secreto y te prometo ya no ser tan tragón, pero me gusta mucho el dulce que haces. Pero si tu y Yo lo compartimos después de comer.... me parece excelente. 

Mamá Benita, sonrió y dijo: Recuerda que puedes compartir si quieres, pero a nadie le digas donde está el tesoro, ¿ok?

Osito dijo: Pero es un secreto Mamá Benita, como vamos a compartirlo, no entiendo.

Mamá Benita dijo: Cuando las cosas se comparten con quienes tú amás y son de tu confianza, saben mejor, nos hace felices y tu tesoro nunca se acabará. 

Así lo hizo Osito y siempre tuvo su baúl lleno de cosas ricas, pues lo compartió con sus Padres, con Mamá Benita y con sus amigos.  Recordando que quien Comparte siempre se lleva la mejor parte, la dicha de compartir y atesorar recuerdos dulces....como las galletas.


COLORIN COLORADO....ESTE CUENTO SE HA ACABADO. 




Probrecito Osito

El Osito volvió de la escuela sintiéndose muy cansado y desanimado. 

-No quiero chocolate-, le dijo a su madre la Osa. El osito se sentó muy molesto en sofá y cerró sus ojos. -Y tampoco tampooocccooooo quiero ver la Tele

-Ni siquiera te dan ánimos de tocar el tambor?!- le preguntó su Mamá Osa, con un tono algo preocupado. 

El osito negó con la cabeza. Su madre ya más preocupada, fue a buscar el termómetro y se lo colocó bajo su lengua. -Ábreme esa boca tuya y vamos a ver qué tanta calentura tienes, parece que deliras, dices cosas que no tienen mucho sentido, a ti te gusta ver tele y sobretodo, tocar el tambor....para dejar de hacer eso, es porque te sientes enfermo-, dijo la mamá Osa. 

Pasó el tiempo.... TIC TAC, TIC TAC.....

-Dios mió!!! eres un osito con fiebre...vamos, vamos a la cama ya, debes descansar y tomar tus medicinas para la fiebre-, dijo la mamá Osa. 

Al día siguiente, el Osito estaba todo cubierto de manchas rojas. -Manchas en mi pancita, manchas en mis manitas, manchasen mi carita.....Mamaaaa!!!! mírame, mírame....- exclamó el osito a su Mamá. 

Mamá Osa, se sorprendió (Dios mío...tienes varicela, así no puedes ir a la escuela). 

-Yupiiii- exclamó el Osito, aunque con un poco de dolor, porque además de la comezón, le dolia la cabeza de la fiebre que le entró.... Auch, Ma... esto ya no es tan padre, me lele todo, todito, mi ser. 

-Vamo, vamos a la cama Mi Osito. No debes afanarte en querer jugar, con este malestar mejor descansar-, dijo Mamá Osa, mientras llevaba en brazos a su Osito. 

El Osito, se la pasó todoel día tumbado en la cama, rasca que rasca porque tanta roncha fea, pero muy contento porque Mamá estaba con él, atendiéndolo, mimándolo y contándole muchos cuentos, dándole mucha agua de limón y cosas ricas para comer. 

Inclusive su mamá Osa, le leyó varias historias, horneó un pastel y le compró un helado. 

Días después se fueron esas ronchas feas y rojas y el Osito muy contento se levantó y le dijo -¿Mamá puedo tocar el tambor? 

Mamá Osa se alegró tanto , tanto que presurosa fue a buscar el tambor, pues su Osito recuperado estaba y su preocupación ya no era nada. 

COLORÍN COLORADO...ESTE CUENTO SE HA ACABADO. 

Moraleja moraleja: cuando enfermo estás, más allá de no ir a la escuela, debes descansar porque cuando recuperado estés podrás seguir jugando, riendo y disfrutando al lado de tus Papás y de tus amigos y si te portas bien....hasta una comida rica puedes tener. 

miércoles, 5 de abril de 2017

Un besito lo cura todo











Rufo estaba dando volteretas por el salón. 

Luego hizo el pino sobre la alfombra y se subió de un salto al sofá. 

-Rufo ten mucho cuidado, por favor!!!- le aviso su Mamá Ruth. 

Demasiado tarde!!! oh noooo!!!!  Rufo resbaló, cayó del sofá y se dió con la cabeza en suelo. 

-Ay, auch.... ay!!!! mi cabeza!!!-, Lloriqueaba....

-Ven aquí corazón,Mi Rufo Latoso, un besito lo cura todo- Así le dijo su Mama Ruth.  Ella lo tomó entre sus brazos fuertes y amorosos y le dio un beso muy amoroso en la frente. 



Vamos, vamos!, no llores más, ve a jugar, pero ten más cuidado, por favor, ¿si?- Le dijo Mamá Ruth. 

Rufo salió a jugar al jardín y se puso a dar vueltas con el triciclo. Daba vueltas cada vez más de prisa (uiiiii......ñaaaaaammmmmm.....va ganando Rufo....el mejor en el triciclo!!!!!.... uuuuiiiiiiii) 

Mamá Ruth, escuchaba a Rufo en el jardín y le gritaba: Rufo, por favor, ten mucho cuidado Latosito. 

Demasiado tarde!!! (otra vez!!!). Rufo chocó con la carretilla del jardín, cayó del triciclo y se raspó la rodilla. 

-Ay, me arde, me duele....ouch!!!! Mi rodilla!!!, Mamá!!!!- Lloraba desconsolado. 

-Ven aquí corazón, Mi Rufo Latosito, un besito lo cura todo- Así le dijo Mamá Ruth, mientras lo abrazaba fuerte y con cariño y con ojitos de amor le dijo.... no llores, respira, ya va pasar...y le dió un besito en su rodilla. 



-¡Vamos, vamos!, vete a jugar...pero una vez más Rufo, ten mucho cuidado-  Le dijo Mamá Ruth. 

Pues bien, Rufo se levantó más tranquilo y fuerte...se fue a correr por el cesped del jardín y luego se puso a dar volteretas cuesta abajo de la colina. 

-Rueda, rueda por la praderaaaaaa, jajajajajajaja- Así decía Rufo, mientras se daba la divertida de su vida, ya nada le dolía, Mamá tenía razón..... un beso todo lo cura, con amor (mmmm mi Mamá, me quiere y hace magía). 

- Más despació, Rufo Latosillo-  Le decía Mamá Ruth mientras lo observaba jugar. 

Demasiado tarde!!! (no puede ser, otra vez!!!???),  Rufo siguió rodando sin control, hacia un rosal del jardín, donde se arañó con las espinas. 

-Ay, mis brazos, me arden, me duele....ouch!!!! Mamáaaaa!!!!-  Lloraba Rufo, desconsolado y dolorido. 

-Ven aquí, que un besito y un poco de agua y jabón lo va curar todo- Mamá Ruth le dijo, lo abrazó, le lavó sus heridas y le dio un besito en sus brazos, en su rodilla, en su frente y lo abrazó fuerte, fuerte y con mucho cariño. 

-Vamos, corazón, Mi Rufo Latosillo...ve a jugar, pero ya ten cuidado, que se me puede acabar la dotación de besos medicinales eh??!!!.... Así le dijo Mamá Ruth, mientras guiñaba un ojo y le sonreía. 

-Voy a regresar a la cocina, que tengo que hacer la comida. Así que con cuidado Latosillo de mi corazón??!!!-  Dijo Mamá Ruth mientras entraba en la casa. 

Mamá Ruth, pasó un rato de sobresaltos y angustias y pensó... necesito un descanso y me voy a preparar un té, me voy a cortar una rebanada de pastel. 

Justo cuando iba a beber el té, Rufo apareció con su patinete del diablo. 

-Rufo, mmmm, no puedes parar un sólo momento??-  Le dijo Mamá Ruth (suspirando)....de pronto pensó: de donde saca tanta energía??!!, voy a leer las noticias de periódico. 

-Pom, pom, porrró pom pom!!!!!- Rufo marchaba con su tambor, tocando y marcando el paso. Mamá Ruth suspiró una vez más. 

-Te ocurre algo Mami??-  Preguntó Rufo el Latosillo. 

-Me duele un poco la cabeza y el estómago- dijo Mamá Ruth. 

- No te preocupres Mamí, que todo se cura con un besito y un abrazo de osito Rufo...tu Latosillo. 


COLORIN COLORADO.....ESTE CUENTO SE HA ACABADO!!!

Moraleja, moralesa..... siempre juega y disfruta tu indancia, comparte con tus Padres, con tus amigos, con tus hermanos.... no dejes de jugar y disfrutar, pero hazlo con cuidado Por favor. 
Ante todo con precaución, pues hay peligros que aun no puedes calcular, haz caso a tus mayores, que te dan consejos por amor. 
Pero si algún día te duele algo, recuerda que con un beso y abrazo de mamá y de papá todo, se puede curar (el amor es magia del corazón, que nos hace fuertes ante todo). 

El Patito Feo (Corto)

De Hans Christian Andersen



En una hermosa mañana de verano, los animales de la granja, el caballo, la vaca, las ovejas, gallinas... esperaban ansiosos por el nacimiento de los patitos de doña Pata. Faltaba muy poco para que los patitos rompiesen el cascarón y saliesen de los huevos.










Dentro del granero, doña Pata miraba contenta, como los patitos rompían el cascarón e iban saliendo poquito a poco, llenando de felicidad a todos. Estaba doña Pata tan contenta que casi no se dió cuenta de que un huevo, el más grande de todos, aún permanecía cerrado.













Todos, incluso los patitos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, a ver cuando se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse e a romperse. Primero vieron el pico, luego el cuerpo, y por las patas de un sonriente pato, de color gris y pico oscuro.







Menuda sorpresas se llevaron la mamá Pata y los patitos. ¡Tenían los ojos como 'platillos'! El último pato había nacido diferente a ellos. No tenía plumas amarillas y sí grises, y además su pico era oscuro y su tamaño era mucho más grande. La mamá Pata llevó una gran decepción y decidió ignorar el patito por que lo veía muy feo. Y se apartó de él.










Pobre patito, se quedó triste y asustado, sin entender la reacción de su mamá y de sus hermanos. No conseguía entender por qué no le querían ni por qué le habían abandonado. Se sentió muy, pero muy mal.









El 'patito feo', que de feo no tenía nada, empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Además, tenía que soportar las burlas de todos los patos, así como de todos los animales de la granja. Así que en la mañana siguiente, muy temprano, el patito cogió unos granitos de cereales, los puso en una bolsa y decidió irse de la granja.







Triste y solo, el patito se fue para seguir su camino. El invierno había llegado, y con él la nieve y el frío, el hambre y la persecución de los cazadores para el patito feo. Lo pasó muy mal.











Pasados unos días, en una noche fría y solitaria, el Patito feo llegó a una granja cubierta de nieve. Batió a la puerta del granero para pedir ayuda, abrigo y algo de comida. El patito creía, por fin, que había encontrado una casa.










Allí, un viejo granjero le recibió con mucha atención, le recogió, le dio de comer y beber, y el patito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Por unos días, el patito feo se había sentido feliz, muy feliz.









Pero la felicidad del patito duró muy poco. Al cabo de algunos días, él se dio cuenta de que el granjero que le había recebido con tanto cariño, era malo y sólo quería engordarle para transformarlo en un segundo plato. Asustado y con mucho miedo, el patito salió corriendo como pudo de allí.







El patito feo lo pasó muy mal. Durante días, meses, estuvo caminando sin parar, pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Cansado, el patito, desde la orilla de un gran lago, se puso a mirar unas aves que nadaban en el estanque, y algo le llamó la atención. Jamás había visto unas aves tan hermosas.









De un lado del estanque, el Patito feo admiraba las aves más bonitas que había visto en su vida, pero en otra parte del lago, pudo ver otras aves, muy parecidas a sus hermanos. Nadaban y volaban, y hacían un montón de ruido. El patito feo se quedó pensativo por un rato y, como hacía mucho calor, decidió por entrar al lado para refrescarse.






¡Y qué menuda sorpresa se llevó el patito feo! Al entrar en el agua del lago, vió su cuerpo reflejado en el agua y se quedó sin habla. Su cuerpo había crecido, sus plumas ya no eran grises y se había transforma en un precioso y elegante cisne. En este momento, el patito supo que jamás había sido feo. Él no era un pato sino un cisne.








El patito feo, que no era pato ni feo, se quedó muy, pero que muy contento. Tan feliz se sentía que abrió sus enormes alas y se puso a saltar en el estanque. Se movía como fuese un bailarín. Ya no se sentía solo ni triste.








Tan feliz y contento, el cisne decidió unirse a los demás cisnes en el estanque. Y fue así como recuperó su alegría y ganas de vivir. Nuestro gran y bello cisne vivió durante años, tuvo hijos y fue un gran padre para ellos.

Pim - Pom









Pim-Pom es un muñeco
muy guapo y de cartón.

Le lavo la carita
con agua y con jabón. 

Le desenredo el pelo
con peine de marfíl
y, aunque le de tirones, 
no llora ni hace así.

Pim-Pom dame la mano
con un fuerte apretón, 
que quiero ser tu amigo
Pim-Pom, Pim-Pom, Pim-Pom. 

Pim-Pom es un muñeco
muy guapo y de cartón. 

Le pongo pantalones
y camisola azul, 
le calzo los zapatos 
y anudo su cordel, 
estamos listos, listos
para jugar Pim-Pom.

Le doy una manita
le digo buenos días
y cuando sea de noche
lo llevo a mi camita. 

Pim-Pon es un muñeco 
muy guapo y de cartón. 
le abrazo fuerte, fuerte
pues amigos somos
él y yo.

Mi niño










Arroró, mi niño (a), 
que te canto yo

Arroró, mi niño (a), 
que ya se durmió. 

Arroró, mi nene (a), 
arroró, mi sol, 
duérmete, pedazo
de mi corazón. 

Este (a)  lindo (a)  niño (a)
no quiere dormir
porque no le traen 
la flor del jardín. 

Duérmete, mi niño (a), 
duérmete, mi alma, 
duérmete, mi amor, 
duerme, mi sol. 

Arroró, mi niño (a), 
que te canto yo. 

Arroró, mi niño, 
que ya se durmió. 


Pinocho

En una vieja carpinteria, Geppetto, un hombre ya anciano muy amable se encontraba terminando un  muñeco de madera.  Le arreglaba los ú...