miércoles, 12 de abril de 2017

Probrecito Osito

El Osito volvió de la escuela sintiéndose muy cansado y desanimado. 

-No quiero chocolate-, le dijo a su madre la Osa. El osito se sentó muy molesto en sofá y cerró sus ojos. -Y tampoco tampooocccooooo quiero ver la Tele

-Ni siquiera te dan ánimos de tocar el tambor?!- le preguntó su Mamá Osa, con un tono algo preocupado. 

El osito negó con la cabeza. Su madre ya más preocupada, fue a buscar el termómetro y se lo colocó bajo su lengua. -Ábreme esa boca tuya y vamos a ver qué tanta calentura tienes, parece que deliras, dices cosas que no tienen mucho sentido, a ti te gusta ver tele y sobretodo, tocar el tambor....para dejar de hacer eso, es porque te sientes enfermo-, dijo la mamá Osa. 

Pasó el tiempo.... TIC TAC, TIC TAC.....

-Dios mió!!! eres un osito con fiebre...vamos, vamos a la cama ya, debes descansar y tomar tus medicinas para la fiebre-, dijo la mamá Osa. 

Al día siguiente, el Osito estaba todo cubierto de manchas rojas. -Manchas en mi pancita, manchas en mis manitas, manchasen mi carita.....Mamaaaa!!!! mírame, mírame....- exclamó el osito a su Mamá. 

Mamá Osa, se sorprendió (Dios mío...tienes varicela, así no puedes ir a la escuela). 

-Yupiiii- exclamó el Osito, aunque con un poco de dolor, porque además de la comezón, le dolia la cabeza de la fiebre que le entró.... Auch, Ma... esto ya no es tan padre, me lele todo, todito, mi ser. 

-Vamo, vamos a la cama Mi Osito. No debes afanarte en querer jugar, con este malestar mejor descansar-, dijo Mamá Osa, mientras llevaba en brazos a su Osito. 

El Osito, se la pasó todoel día tumbado en la cama, rasca que rasca porque tanta roncha fea, pero muy contento porque Mamá estaba con él, atendiéndolo, mimándolo y contándole muchos cuentos, dándole mucha agua de limón y cosas ricas para comer. 

Inclusive su mamá Osa, le leyó varias historias, horneó un pastel y le compró un helado. 

Días después se fueron esas ronchas feas y rojas y el Osito muy contento se levantó y le dijo -¿Mamá puedo tocar el tambor? 

Mamá Osa se alegró tanto , tanto que presurosa fue a buscar el tambor, pues su Osito recuperado estaba y su preocupación ya no era nada. 

COLORÍN COLORADO...ESTE CUENTO SE HA ACABADO. 

Moraleja moraleja: cuando enfermo estás, más allá de no ir a la escuela, debes descansar porque cuando recuperado estés podrás seguir jugando, riendo y disfrutando al lado de tus Papás y de tus amigos y si te portas bien....hasta una comida rica puedes tener. 

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